Hoy Z cumple 20 años, y GeneXus siempre ahí…

Z20

Un 15 de Junio, hace ya 20 años, nacía oficialmente Zetasoftware. Siento que hemos llegado a esa edad en la que se sueña el futuro sin ansiedad y se recuerda el pasado sin añoranza. 

Curiosamente, el motivo que hoy me lleva a escribir parecería otro, y es para hablarles sobre GeneXus. Primero pensé en enviar un email a Nicolás y a Breogán para que lo hagan llegar a su gente, pero al final decidí publicarlo aquí. Igualmente lo escribiré imaginando que les hablo a ellos, imbuido en un sentimiento de gratitud, porque creo que esa es la palabra. 

Pensando en todos estos años, si hay algo que se ha mantenido omnipresente ha sido GeneXus. Lo demás ha cambiado todo, absolutamente todo. Es impresionante, hasta me da cierto miedo retroactivo. Porque para Gardel quizás 20 años no fueran nada, pero para nosotros y para nuestra industria han sido una auténtica montaña rusa de puro vértigo. No obstante, GeneXus siempre ha estado ahí, acompañando al firme, y de eso quería hablarles.

EL SOFTWARE

Lo primero que quiero destacar es a GeneXus como herramienta de desarrollo. Nunca está de más decir que Zetasoftware existe gracias a esa maravillosa herramienta, y no es exageración. Es algo que he dicho mil veces durante todos estos años. Con GeneXus, yo solo, valía por cuatro o cinco programadores juntos. Uno termina creando un fuerte vínculo con este software para hacer software, hasta llegar a preguntarse si hubiese sido posible la existencia de Zetasoftware sin él. Y lo respondo una vez más: No, nones, o como dice mi suegra de 90 años: “Never Araújo”.

Con el diario del lunes es obvio haberse jugado por GeneXus, pero hace más de 20 años, para desarrollar productos estándar, accesibles y masivos, no era lo que me aconsejaban la gran mayoría de colegas, ni lo que usaba ninguna de las empresas de mi futura competencia. Por suerte no lograron que cambiara de opinión en esas aburridas discusiones bizantinas saldadas hace rato. Porque al final uno responde con los hechos. 

LA GENTE

Lo segundo que quiero destacar es a la gente, al equipo, a ese grupo que empecé a conocer desde mis primeras visitas a aquella Artech en el “edificio de las Academias Pitman”. Si habré hecho viajes desde Rosario, decenas de viajes a esas oficinas del cuarto o quinto piso, saludar al portero y subir por el viejo ascensor llevando la torre de la PC bajo el brazo (si, iba con la PC bajo el brazo, transpirando como testigo falso), donde era recibido siempre de una forma muy especial y cálida por Laura Pássaro (una crack es poco decir), que me hacía sentir siempre como en casa. Creo que se imaginan lo importante que fue para mi ese respaldo, no solo técnico sino emocional, en esos primeros momentos mágicos, cuando Zetasoftware aún no era realidad. Tengo recuerdos grabados a fuego. 

Me acuerdo que en una de esas visitas, Alejandro Silva (otro crack), con toda su paciencia, me estaba ayudando a resolver un bug, pero no daba con la tecla. Entonces llamó a otra persona, de esas que solo llamás en última instancia, la cual apareció de inmediato. Llevaba lentes grandes, redondos, como los de Bill Gates en los 90’s. Salió de una habitación contigua como ensimismado, como quien hubiese sacado a las apuradas a un mecánico que estaba con medio cuerpo metido adentro de un motor y no hubiese tenido tiempo ni de soltar las herramientas. Entró, apenas saludó, fue derecho al monitor y miró la aplicación (desarrollada con las primeras versiones de GX para Windows), y en apenas diez segundos dijo con satisfacción “Ah ya sé lo que es, lo voy a corregir!”. Y como había entrado se fue, así de rápido, contento y sin despedirse, sin salirse nunca de ese estado de concentración, ensimismado. Ese es Nicolás me dijo Alejandro, y seguimos trabajando en lo que estábamos.

Para quien empezó su emprendimiento en una ciudad del interior (Rosario) y en solitario, trabajando para hacer un software que imaginaba que alguien, algún día compraría, ese apoyo de la gente de GeneXus se transformó en algo crucial. Me es difícil que hoy lo entiendan en su totalidad, porque como dije, todo ha cambiado. Esas eran épocas donde apenas usábamos el email, donde la llamada por teléfono Rosario-Montevideo era “larga distancia”, y donde no tenía absolutamente a nadie, literalmente a nadie, con quien pelotear ideas, intercambiar conocimientos, o simplemente pedir ayuda. Y ahí estaban ustedes, lejos, pero estaban. Años después las distancias se acortaron dramáticamente, hasta yo mismo y la empresa nos mudamos a Montevideo en el 2011. Fue como arrancar de cero, otra vez, algo que no supe prever, pero eso daría para otra historia.

LA EMPRESA

Lo tercero y último que quiero mencionar, tan importante como lo anterior, es esa cualidad de “empresa brújula” que es y ha sido GeneXus. Los que estamos en esta comunidad tenemos el peculiar privilegio de tener un aliado que nos va mostrando el futuro, indicando el camino, que sube primero que todos a la cima de la montaña y nos grita desde allá arriba que es lo que se ve, lo que hay del otro lado. ¿Cuánto vale eso?. 

Para responder a esa pregunta voy a dar un solo ejemplo. Infinidad de veces me he encontrado con colegas y amigos que me halagan diciendo: “Qué visión tuviste Mario, pensar que en el 2006 ya pusiste ZLibra en la nube, full web, cuando ni siquiera Gmail o el iPhone habían salido”. Y mi respuesta siempre ha sido la misma, les digo: “Mirá, en el Encuentro GeneXus del 2005, Breogán exclamó a los cuatro vientos El futuro es web!. Y sabés qué? yo le creí, y en ese instante fue todo claro para mí. Al día siguiente me puse a programar ZLibra”.
En este preciso momento que estoy escribiendo hay 8.946 PyMEs activas y 19.197 usuarios en ZLibra. ¿Quién le pone precio a la frase de Breogán?

Para finalizar, un deseo. Espero que los próximos 20 años sean tan o más desafiantes como hasta ahora. Con GeneXus de aliado, que se vengan nomás! Y ya que antes mencioné a Gardel, lo voy a parafrasear diciendo que ojalá sigamos “adivinando a lo lejos el parpadeo” de nuevas ideas, sintiendo que ”no es un soplo la vida”, que “veinte años es mucho”, y que “el olvido que todo lo destruye” no mate jamás nuestra vieja ilusión. Si eso se cumple, me atrevo a asegurarles que Zetasoftware cada día cantará mejor.

 

 

Mario Celano | Director y Fundador de ZetaSoftware

 

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